El término “página” es una metáfora que refiere a un elemento de la era pre-web y sigue de alguna manera determinando la manera en que componemos el diseño en la pantalla: de tal manera como si se tratase de una pieza gráfica para un soporte de papel. Algo que ya deberíamos replantearnos.
Hasta hace unos años, el tamaño de la “hoja” sobre la que armábamos la composición tenía una leve y regular variación dada fundamentalmente por la resolución de su monitor: 640 x 480 – 800 x 600 – 1024 x 768 – 1280 x 800.. etc.
Luego aparecieron las notebooks. Mas tarde los dispositivos móviles, encabezado por teléfonos celular y reproductores mp3 al principio y luego las tablets. Y la variación es mas radical en todos estos dispositivos dado que usan browsers particulares y “portviews” con un tamaño muy diferente según marcas y modelos. Y a todo esto los browsers de televisores HD (resoluciones de 1920 x 1080 pixels) y consolas de juegos… socorro!!
¿Qué hacemos? Armamos una página diferente para cada uno de los dispositivos? ¿No será posible crear un layout lo suficientemente flexible para que este pueda verse elegante en cualquiera de ellos? Justamente, de eso se trata esta el Responsive web design.
El desafío que presenta este nuevo concepto es la adaptabilidad de un layout según el dispositivo con que se accede. Donde por ejemplo, el ancho de columnas, o la cantidad de estas variaría según el ancho de la pantalla o dispositivo.
Andy Hume nos muestra con el responsive es un fenómeno que se da por defecto en los navegadores y ciertamente su mismo blog aplica esta filosofía. Tal como ocurrió otras veces, la moda rescata un concepto o criterio que existía desde hacía mucho tiempo
Suena bien ¿no? pero ¿cómo lo resolvemos?
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